¿Te resulta familiar ese “presentimiento” que te dice que algo no anda bien con una persona o situación?
¿Ese “impulso” que te lleva a ceder en el último minuto a hacer justamente lo contrario a lo que querías evitar?
¿Una “corazonada” que te empuja a no cerrar un trato aparentemente favorable para ti porque la otra persona te da “mala espina”?
Estas sensaciones son el lenguaje que emplea tu intuición, hablándote a través de tu cuerpo.
“La intuición es lo que nos permite saber algo sin que podamos explicar de forma racional cómo lo sabemos.”
Nos permite conocer el mundo de forma tan válida y real cómo el conocimiento racional, sin embargo, históricamente, se ha dado más importancia a las decisiones tomadas en base a un criterio lógico o racional.
La intuición es el resultado de la información recogida por nuestros sentidos mezclados con nuestros valores y experiencias, que se manifestarán en nuestro cuerpo de una u otra forma.
“La intuición habla en nuestro cuerpo.”
Su lenguaje es simple y nos produce cierta incomodidad para ser escuchado. Esa tensión, ese nudo que se nos forma en el estómago mientras sentimos cómo se encoge, nos está diciendo que no estamos en la mejor de las situaciones o que el precio a pagar sea muy alto para nosotros, sintiéndonos inquietos hasta que hagamos una de estas dos cosas: confirmar si estas hipótesis son correctas o no, o, hasta que nos hayamos alejado del estímulo que las produce.
Sin embargo, cuando nuestro cuerpo entienda que no hay peligro ni daño y que vamos por el camino adecuado, sentiremos una sensación de bienestar, calma y relajación.
La intuición es espontánea y proviene del mundo emocional, nos conecta con nuestros instintos, por lo que es importante aprender a conectar con ella y desarrollarla.
La intuición es la información del conocimiento antes de que intervenga la razón, proviene de nuestro subconsciente y es un pensamiento libre y rápido, el cual, al igual que las emociones, tiene un componente adaptativo; tenderemos a acercarnos y estrechar lazos en aquellas situaciones y con aquellas personas ante las que nuestra intuición nos diga que estamos seguros y nos terminaremos alejando de aquellos con los que no tenemos ningún tipo de feeling o representan un peligro para nosotros.
Shhh…, aprendamos a escucharla
La intuición empieza con la atención y la percepción: la encontramos al prestar atención a nuestros sentidos.
La intuición es escuchar al cuerpo antes que a la mente.
La intuición es sutil, silenciosa, no se piensa, pero se siente, te habla “desde adentro” con una voz suave y a la vez poderosa, no te da argumentos pero puede hacer que incluso teniendo todo tipo de razones, motivos y fundamentos, opiniones ajenas y consecuencias previsiblemente lógicas, cambies una decisión en el último segundo.
Es la inteligencia de tu mundo interior.
¿Cómo razonar con la intuición?
Razón o intuición son dos formas de llegar a una solución para una situación.
¿Qué haces cuando tienes que tomar una decisión?
¿Te guías por esa punzada en el estómago? o, por el contrario, ¿eres de lo que recopila hasta el último dato y contrasta experiencias anteriores para minimizar el error?
La mayoría de las personas a la hora de decidir suelen analizar, meditar, prever futuras consecuencias, consultar opiniones, contras y pros, dejándola de lado a ella, la intuición, que está siempre presente y será la responsable de que digas un no cuando tienes todo a favor, rechaces una propuesta laboral sin motivos aparentes, o, simplemente, desconfíes de alguien.
Lo que conseguimos al acudir a la razón es esa seguridad, el fundamento que nos da la lógica, la deducción y que nos protege del error. Si tomamos una decisión guiados por la intuición y el resultado no resulta cómo esperamos, nos quedamos sin argumentos para justificarla, pero si la tomamos en base a la lógica, aunque fracasemos siempre podremos argumentar que era algo “razonable”.
La razón actúa, por tanto, cómo un escudo tras el que escondernos de los riesgos que implica un resultado incierto.
Intuición y razón son complementarias, pero con tiempos y formas diferentes. Hemos aprendido a desarrollar el pensamiento lógico y analítico para tomar mejores decisiones, complementémoslo, pues, con la intuición para disminuir los márgenes de error.
En cuanto a las relaciones interpersonales, se pone de manifiesto un gran número de veces cómo la intuición funciona mejor que la razón.
“La mente intuitiva es un don sagrado y la mente racional es un siervo fiel, hemos creado una sociedad que honra al siervo y ha olvidado el don” Albert Einstein.
Las razones de la intuición.
Su mayor ventaja, la rapidez. Para un análisis lógico y racional, se requiere de tiempo, atención y esfuerzo, sin embargo, la intuición es inmediata, espontánea, rápida.
Cuando la razón habla, la intuición ya ha actuado. El autor Howard Gardner defiende que, aunque no es garantía de éxito, confiar en ella nos ayuda a tomar mejores decisiones. La intuitiva es, pues, un tipo de inteligencia.
En la vida no hay garantías, pero conectando con tu intuición podrás aumentar el porcentaje de acierto en tus proyectos o decisiones.
Es importante aprender a escuchar nuestra intuición porque, aunque no sea una garantía de éxito, al menos nos asegura que la decisión a la que nos mueve está alineada con nuestros valores y con la persona que somos. Por ello, cuanto mejor nos conozcamos, mayor será nuestro autoconocimiento y capacidad de conectar con nuestro interior para escucharla.
Cómo desarrollar la intuición:
- Aumentando tu confianza y autoestima para confiar en ella, contrastarla con otros tipos de información y transformarla finalmente en acción.
- Sal de vez en cuando de la zona de confort, haz cosas diferentes y vive experiencias nuevas. Sensaciones nuevas que disparen tus sentidos y alimenten tu intuición.
Cuantas más sensaciones nuevas vivas y experimentes, más enriquecerán tu intuición. Expande tu zona de confort, alimenta tu intuición.
“La mezcla de intuición y razón, la mejor combinación”
¿Necesitas otra razón para desarrollar tu intuición?
¡Feliz semana!
Carolina Collado.
Coach Personal y Ejecutiva acreditada ACC por ICF.
Inteligencia Emocional. Programación Neurolingüística.
DOES YOUR INTUITION GIVE YOU THE REASON?
Is that “gut feeling” that tells you something is wrong with a person or situation familiar to you?
That «impulse» that leads you to give in at the last minute to do the exact opposite of what you wanted to avoid?
A «hunch» that pushes you not to close an apparently favorable deal for you because the other person gives you a «bad feeling»?
These sensations are the language your intuition uses, speaking to you through your body.
“Intuition is what allows us to know something without being able to rationally explain how we know it.”
It allows us to know the world in such a valid and real way as rational knowledge, however, historically, more importance has been given to decisions made based on a logical or rational criterion.
Intuition is the result of the information collected by our senses mixed with our values and experiences, which will manifest in our body in one way or another.
“Intuition speaks in our body.”
Its language is simple and makes us uncomfortable to be heard. That tension, that knot that forms in our stomach while we feel how it shrinks, is telling us that we are not in the best of situations or that the price to pay is very high for us, feeling uneasy until we do one of two things: confirm whether these hypotheses are correct or not, or, until we have moved away from the stimulus that produces them.
However, when our body understands that there is no danger or harm and that we are on the right path, we will feel a sense of well-being, calm and relaxation.
Intuition is spontaneous and comes from the emotional world, it connects us with our instincts, so it is important to learn to connect with it and develop it.
Intuition is the information of knowledge before reason intervenes, it comes from our subconscious and is a free and fast thought, which, like emotions, has an adaptive component; we will tend to approach and strengthen ties in those situations and with those people with whom our intuition tells us that we are safe and we will end up moving away from those with whom we do not have any kind of feeling or who represent a danger to us.
Shhh…, let’s learn to listen to it
Intuition begins with attention and perception: we find it by paying attention to our senses.
Intuition is listening to the body before the mind.
Intuition is subtle, silent, you don’t think but you feel it, it speaks to you «from the inside» with a soft and at the same time powerful voice, it doesn’t give you arguments, but it can make that even having all kinds of reasons, motives and foundations, other people’s opinions and predictably logical consequences, change a decision at the last second.
It is the intelligence of your inner world.
How to reason with intuition?
Reason or intuition are two ways to arrive at a solution for a situation.
What do you do when you have to decide?
Are you guided by that twinge in the stomach? Or, on the contrary, are you one of those who collects up to the last data and contrasts previous experiences to minimize the error?
When deciding, most people tend to analyze, meditate, foresee future consequences, consult opinions, cons and pros, leaving her aside, intuition, which is always present and will be responsible for saying no when you have everything in favor, reject a job offer for no apparent reason, or simply distrust someone.
What we get by going to reason is that security, the foundation that logic and deduction give us and that protects us from error. If we decide guided by intuition and the result does not turn out as expected, we are left with no arguments to justify it, but if we make it based on logic, even if we fail, we can always argue that it was something «reasonable».
Reason acts, therefore, as a shield behind which to hide from the risks that an uncertain result implies.
Intuition and reason are complementary, but with different times and forms. We have learned to develop logical and analytical thinking to make better decisions, so let’s complement it with intuition to reduce the margins of error.
In relation to interpersonal relationships, it is shown many times how intuition works better than reason.
«The intuitive mind is a sacred gift, and the rational mind is a faithful servant, we have created a society that honors the servant and has forgotten the gift» Albert Einstein.
Reasons for intuition
Its biggest advantage, speed. For a logical and rational analysis, time, attention and effort are required, however intuition is immediate, spontaneous, fast.
When reason speaks, intuition has already acted. Author Howard Gardner argues that, although it is not a guarantee of success, trusting it helps us make better decisions. The intuitive is, then, a type of intelligence.
In life there are no guarantees, but by connecting with your intuition you will be able to increase the percentage of success in your projects or decisions.
It is important to learn to listen to our intuition because although it is not a guarantee of success, at least it assures us that the decision to which it moves us is aligned with our values and with the person we are. Therefore, the better we know ourselves, the greater our self-knowledge and ability to connect with our interior to listen to it.
How to develop intuition:
Increasing your confidence and self-esteem to trust it, contrast it with other types of information and finally transform it into action.
Get out of your comfort zone from time to time, do different things and live new experiences. New sensations that trigger your senses and feed your intuition.
The more new sensations you live and experience, the more your intuition will be enriched. Expand your comfort zone, feed your intuition.
“The mixture of intuition and reason, the best combination”
Do you need another reason to develop your intuition?
Happy week!
Carolina Collado.
Personal and Executive Coach, accredited ACC por ICF.
Emotional Intelligence. Neurolinguistic Programming.
www.carolinacollado.es