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A Mijas le tocó ayer decir adiós a una de sus vecinas más queridas, Carmina Antón, hija adoptiva y predilecta de Mijas. Una persona muy apreciada que vivió en La Cala toda su vida junto a su marido, Benjamín Pozo, quien falleció hace una década y con quien formará siempre parte de la historia del núcleo caleño. Carmina falleció en la mañana de este lunes 9 de enero a los 84 años de edad.
Tanto ella como su marido fueron nombrados hijos adoptivos y predilectos de Mijas el 30 de julio de 2022, un homenaje a la labor de ambos, con una placa colocada en la fachada de su hogar que reconoce la labor desinteresada realizada en La Cala durante más de 30 años de este matrimonio.
La calificaban como una mujer de mirada dulce, que llegó a Mijas en el año 62 y que desde el primer día no dudó en prestar su ayuda al pueblo que la acogió. Ahora deja un vacío en el municipio pero muchos recuerdos y anécdotas también que no se olvidarán y que permanecerán para siempre en la memoria de La Cala, donde tuvo que ejercer también como matrona en más de una ocasión.
«El día que me casé con Benjamín, vino un niño a mi casa. Tenía que ponerle una inyección todos los días y él vino como cada día. Así que le puse la inyección vestida de novia y todo. Su madre luego le regañó, pero a mí no me importó hacerlo», contaba Carmina entre tantas historias que tenía.
El alcalde de Mijas, Josele González, ha querido trasladar desde el Ayuntamiento el pésame a familiares y amigos: «Carmina era una mujer muy querida, especialmente en La Cala, donde ayudó de forma altruista a numerosos vecinos y vecinas. Esta forma de ser le valió su reconocimiento como hija adoptiva de la localidad en el 2011. Hoy el pueblo despide a esta gran mujer, enfermera de profesión que tanto bien hizo por nuestra ciudad».