
Una casa de Málaga ha sido transformada en un laboratorio de evaluación para que investigadores de múltiples ámbitos se formen, en un entorno real, y estudien e implementen avances tecnológicos en el hogar que favorezcan y mejoren la estancia de personas dependientes.
Este proyecto de investigación, pionero a nivel nacional, combina la robótica y la domótica para facilitar el día a día de este colectivo con varios dispositivos, como sensores y cámaras inteligentes, robots sociales (que interactúan con personas), andadores adaptados, inteligencia artificial o realidad virtual.
Según informa EFE, bajo el nombre «Social Living Lab», este prototipo de «vivienda consciente» ha sido presentado este miércoles por «Vivir en Casa», un proyecto liderado por la Facultad de Estudios Sociales y del Trabajo de la Universidad de Málaga (UMA) y la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad de la Junta de Andalucía para investigar nuevas posibilidades que faciliten que los dependientes puedan permanecer en su propio hogar.
La creación de este laboratorio tecnológico y la selección de las 15 personas dependientes que ocuparán este centro supone la primera fase del proyecto, mientras que en la segunda se implementarán aplicaciones en los domicilios de los elegidos y concluirán con una tercera de seguimiento y evaluación.
«Vivir en Casa» ha invertido 2,3 millones de euros, dos de ellos financiados por la Junta con cargo a fondos europeos y la parte restante por la UMA. «Con este proyecto damos un paso tecnológico de gigante para facilitar que, si una persona en situación de dependencia quiere permanecer en su casa, con su gente, el máximo tiempo posible, pueda hacerlo», ha asegurado el viceconsejero de Inclusión Social de la Junta, José Repiso.
Un frigorífico inteligente que hace pedidos automáticos
En la domótica implementada en las dependencias hay, entre otras dotaciones, sensores de movimiento y monitorización, una cama articulada, un frigorífico inteligente que hace pedidos de forma automática según la necesidad y un sistema de geolocalización que marca la ubicación precisa de la persona dependiente y mide sus parámetros de salud para poder actuar en caso de emergencia.
Los robots de sobremesa «Zenbo» y «Nuka», de pequeño tamaño y fácilmente transportables, permitirán la interacción con la persona mediante recordatorios, agenda y calendario, así como diversas actividades de entretenimiento y ocio. También se testarán robots de mayor tamaño y de telepresencia que se pueden desplazar hacia cualquier punto del hogar y preguntan al usuario por su estado de ánimo y salud, una interacción que se efectúa a través de reconocimientos facial o de voz.
El inmueble, una vivienda sostenible de 160 metros cuadrados donde la energía consumida se genera a través de placas solares, está situado junto a la residencia de mayores de la Junta de Andalucía del distrito malagueño de El Palo.
«Social Living Lab» también cuenta con el «traje de la empatía», dispositivo que recrea determinadas afecciones y alteraciones físicas que permiten a los asistentes sociales ponerse en la piel de una persona que las padece, como pueden ser la lumbalgia, el temblor de manos o la falta de visión y audición.
Este laboratorio está abierto tanto a investigadores universitarios como a profesionales del ámbito de la dependencia, al igual que para entidades públicas y privadas que busquen la aplicación, experimentación y testeo de sus innovaciones tecnológicas dentro de los servicios sociales.