
En biología, se conoce como endemismo a esas especies que solamente se pueden encontrar de manera natural en un territorio muy reducido. En el Parque Nacional de Sierra Nevada, entre las más de 2.000 especies vegetales existentes, hay 66 endemismos exclusivos. Y, en lo que se refiere a la fauna, se pueden distinguir hasta 80 endemismos exclusivos, especialmente ligados a la alta montaña. Aprender a reconocer estos endemismos es uno de los grandes atractivos en Sierra Nevada de sus actividades de verano, con opiniones muy positivas entre los amantes de la naturaleza.
Descubrir la vida silvestre de Sierra Nevada es posible a través de actividades familiares como el Programa Conoce Sierra Nevada, de carácter educativo, cultural y de esparcimiento. Pero también hay otras propuestas que permiten conocer el entorno a través de rutas guiadas y circuitos de senderismo o e-bike, campamentos de verano y numerosas opciones más.
El principal valor ecológico de Sierra Nevada es su diversidad biológica, de ahí la protección medioambiental de este entorno, en el que se pueden diferenciar distintos tipos de endemismos que se distinguen por zonas geográficas:
- Endemismos béticos. Se distribuyen cerca de las sierras Béticas y Subbéticas, aunque no son exclusivos de Sierra Nevada.
- Endemismos del sector malacitano-almijarense. Se extienden por la Axarquía malagueña, las sierras de Tejeda y Almijara y la parte calizo-dolomítica de Sierra Nevada.
- Endemismos del sector alpujarro-gadorense. Están en las zonas costeras de las cordilleras Béticas.
- Endemismos del sector nevadense. Se distribuyen entre Sierra Nevada y la Sierra de los Filabres.
En cada categoría podemos encontrar diferentes endemismos vegetales y animales. En el primer grupo distinguimos especies como siemprevivas, dedaleras, tiraña, manzanilla de la Sierra, violeta de Sierra Nevada, estrella de las nieves, amapolas de Sierra Nevada o acónitos. En el segundo grupo encontramos anfibios, reptiles, mamíferos, aves y una rica entomofauna. Pero vamos a conocer cuatro ejemplos a continuación:
1. Estrella de las Nieves
Su nombre científico es Plantago nivalis y es uno de los grandes símbolos endémicos de Sierra Nevada. La estrella de las nieves es una especie que crece por encima de los 3.000 metros de altitud y en los bordes de borreguiles o pastizales nevadenses.
Se trata de una planta capaz de adaptarse a temperaturas extremas sin secarse, por lo que muchos la conocen también como la planta del amor eterno.
Brota en primavera con sus flores amarillas y es una planta perenne de hojas muy características, en forma de estrella, y cubiertas por una pelosidad que las protege.
Quienes participan en Sierra Nevada en las actividades de verano pueden verlas en bordes de borreguiles, sobre suelos pedregosos y esquistosos.
2. Manzanilla Real
La manzanilla real o manzanilla de la Sierra tiene el nombre científico de Artemisia granatensis y es un endemismo que únicamente se puede encontrar por encima de los 2.000 metros de altura.
Durante décadas fue recolectada de forma abusiva por sus propiedades medicinales y curativas, por lo que hoy en día es una especie muy escasa y, por tanto, en peligro crítico de desaparición. Es una planta perenne de la que se cree que sólo quedan menos de dos mil ejemplares.
Se encuentra en puntos muy localizados: sobre esquistos, en canchales, en pedregales o en roquedos. Y fue la primera especie protegida de toda la flora nevadense.
3. Violeta de Sierra Nevada
Se conoce como Viola crassiuscula o violeta de Sierra Nevada y es una especie endémica de gran belleza que vive por encima de los 2.500 metros de altitud.
Habita en pedregales sueltos o cascajales y es una hierba con flores de color violeta brillante, rosa o blanquecino, con el pétalo inferior amarillo dorado en la base.
Se puede ver en Sierra Nevada en las actividades de verano en las que se visitan las altas cumbres de la estación, ya que aparece en las altas cumbres nevadenses entre las lajas y pedregales de esquistos móviles.
Es, entre todas las violetas que habitan Sierra Nevada, la única que es endémica. Florece entre mayo y septiembre y está catalogada como una especie rara.
4. Amapola de Sierra Nevada
Se le conoce como la amapola de Sierra Nevada pero su nombre técnico es Papaver lapeyrousianum. Y sólo se deja ver por los montañeros más intrépidos porque únicamente crece en la cumbre del Mulhacén, a escasa distancia de la cumbre.
Aparece entre las grandes piedras de pizarra del macizo granadino, con sus hojas pelosas y tallos verdes, y su flor de pétalos rojos y estambres amarillos.
Para poder verla hay que subir hasta ese punto en verano, ya que solamente dura unos días entre julio y agosto. Quienes han participado en Sierra Nevada en las actividades de verano, pueden dar sus opiniones sobre esta maravillosa especie endémica.
Es una especie protegida porque está en peligro de desaparición, aunque no es exclusiva de Sierra Nevada porque también crece en algunos puntos de los Pirineos. Sin embargo, en Sierra Nevada ya no tiene más suelo por el que ascender.
Se trata de uno de los endemismos más destacados del Parque Nacional de Sierra Nevada pero hay que hacer un esfuerzo para llegar hasta ella y disfrutar de su belleza aunque sea de forma breve.