
Ya ha llegado la época en la que el volaor se convierte en uno de los protagonistas del verano. Una de las tradiciones gastronómicas por excelencia de nuestra zona ya puede ser degustada por los amantes de esta delicatessen.
El pez volador o volaor cruza el Estrecho en verano, y esta es la época en la que se pesca. Esta especie recibe su nombre por unas aletas que le sirven para planear fuera del agua. De esta forma, deja atrás a sus depredadores gracias a su gran velocidad.
Este es también el momento en el que es capturado por los pescadores locales, siendo trasladado a tierra, donde es preparado durante un proceso de secado y de salazón que sigue realizándose de forma artesanal, y que no se ha industrializado con el paso de los años.
Cuando llega al puerto, el volaor se limpia quitándole las escamas, las vísceras y la cabeza. La espina central se cuelga y se deja secar protegida con redes para evitar los insectos.
Posteriormente se termina de secar en el sol, durante un periodo de entre tres y cinco días, dependiendo del viento que sople. Estos secaderos se convierten en esta época del año en una imagen habitual de nuestros puertos.
Tras el proceso de secado, el pez toma la textura de un salazón y ya está listo para ser consumido, generalmente partiendo la carne con las manos.
El volaor puede ser degustado solo o en guisos, ensaladas e incluso como ingrediente en un buen arroz.