
Aroa es una joven manilveña de 15 años. Una adolescente más que, antes de las vacaciones de verano, acudía cada día a su Instituto como cualquiera de su edad. Sin embargo, no tiene una vida como cualquier adolescente. Aroa sufre bullying desde hace tres años en el Instituto Las Viñas y su madre, Cristina Tovar, ya se ha cansado. “Los que la acosan me han llegado a decir que si mi hija salía a la calle iba a volver sin ropa. He hablado con todo lo que tengo en mi poder y no me hacen caso. Y voy a llegar a donde tenga que llegar porque no hay derecho a que ningún niño pase por esto”, nos contaba en una entrevista a Área Costa del Sol la madre de la joven.
Le han creado falsos perfiles en Instagram, desde donde suben fotos de ella, la insultan y se meten con ella. La han llegado a amenazar de muerte, tanto a la joven como a su propia madre: “Han llegado al punto de decir que van a venir a mi casa a romperme las ventanas”.
A pesar de haber hablado con el centro en varias ocasiones y haberles escrito a la Junta de Andalucía, no recibe respuesta y las únicas medidas que ponen en marcha por parte del centro es sacar a la niña 15 minutos antes para que no se encuentre con sus acosadores, algo que no acepta Cristina: “Se la llevan a ella como si fuera la delincuente, cuando deberían tomar medidas contra ellos. Y que los expulsen no sirve de nada porque para ellos son unas vacaciones”.
“Tengo el papel de protocolo de acoso, que no lo he firmado porque no estoy de acuerdo. Porque a un niño que sufre acoso no se le debe cerrar un protocolo de acoso. Debería seguir abierto hasta que el niño dejara de tener problemas”, nos explica.
Cristina lo que quiere es que se busquen soluciones para que acabe el acoso contra su hija antes de que vuelvan las clases en septiembre, puesto que no piensa seguir tolerándolo: “Solo quiero que mi hija tenga una vida como una adolescente y pueda ir al instituto tranquila como los demás”.