
Cara a la temporada estival surge la duda y preocupación del sector de la hostelería, la ocupación hotelera, en la Costa del Sol llevan todo el año analizando y anticipándose a como sería este verano 2023 teniendo en cuenta la vuelta a la normalidad plena del Covid-19 que ya se inició el año pasado.
El estancamiento de las reservas que se observa desde mediados de mayo y unas previsiones de ocupación para julio y agosto inferiores a las del pasado año han llevado a los hoteleros de la Costa del Sol a lanzar ofertas para impulsar las reservas de última hora.
La patronal hotelera Aehcos ha señalado este viernes que junio ha cerrado con un promedio de ocupación del 82,12 % en la provincia, casi dos puntos por debajo del mismo mes de 2019 (83,78 %) y con datos similares a 2022 (81,8 %).
Su presidente, José Luque, ha afirmado que «son unas cifras preocupantes» debido al estancamiento que experimenta el sector, sobre todo del mercado nacional por la subida de tipos de interés y la inflación.
Eso está ocasionando una reducción de la estancia media de cara a la temporada alta y un descenso en el ritmo de reservas e, incluso, un aumento de las cancelaciones, motivo por el que la previsión para julio y agosto «dependerá en gran medida de las reservas de última hora».
Además, los hoteleros han detectado una caída del 7,3 % en el Impacto Bruto Medio por Cliente Alojado (IBCA) en junio, hasta un promedio de 124,27 euros por persona alojada/día, respecto a los 134,14 euros alcanzados en junio de 2022.
Este descenso preocupa especialmente a los hoteleros porque «se le suma una caída en la rentabilidad de los establecimientos por la subida de las materias primas y los tipos de interés».
En junio, ha vuelto a cobrar importancia la presencia del turismo extranjero en la Costa del Sol, con un peso del 70 % de la ocupación de estos establecimientos frente al 30 % de clientela nacional.
Previsiones inferiores a 2022 en julio y agosto
En julio, Aehcos espera que la ocupación sea del 82,18 %, frente al 86,29 % del mismo mes del pasado año, y en agosto se prevé que los hoteles ocupen el 80,83 % de las plazas disponibles, frente al 88,08 % del mismo mes de 2022.
«Son claramente cifras inferiores a las de 2022 y que muestran este estancamiento que venimos experimentando», ha señalado la patronal, que ha asegurado que «también influye» la convocatoria de elecciones generales el próximo 23 de julio.
Es por ello que los hoteles están lanzando ofertas para «impulsar las reservas de última hora», algo que «será clave para determinar el éxito o no de la temporada alta», según el comité ejecutivo de la asociación, que aglutina a más de 92.000 plazas de alojamiento turístico.