
Desde hace más de diez años, los gatos que merodeaban por Puebla Tranquila se han ido encontrando jaulas trampa para acabar con estas colonias o animales de particulares en la urbanización de Mijas costa. Así nos lo han relatado a Área Costa del Sol unos vecinos cansados de la situación después de ver cómo desaparecen uno tras otro, inclusive sus propias mascotas. Con cuatro denuncias ya a la presidenta de la comunidad, estos vecinos han mostrado su desacuerdo en esta medida que ha hecho que desaparezcan prácticamente todos los gatos de la zona, incluyendo a algunos que vivían con sus dueñas en dicha urbanización.
Hace unas semanas publicábamos un vídeo en el que se podía ver cómo un felino se quedaba atrapado en una de estas jaulas y el cual, de una vecina de esta urbanización, tuvo que ser rescatado por el propio Seprona al no estar ni el jardinero ni el administrador para acceder a la zona donde se encontraba la trampa. «Mi gato desapareció hace un mes y todo apunta a que han sido ellos los que lo han quitado de en medio como han hecho con tantos ya por aquí», nos comentaba una vecina.

Una medida que no entienden por parte de estas personas, puesto que comprenden que la urbanización se encuentra en medio del campo y no pueden eliminar a estos animales porque «simplemente no les guste». «A mí no me puede gustar que los pájaros me caguen en la terraza y no por eso me los cargo o los quito de en medio», decía otra de las vecinas en contra de las jaulas trampa, algo que aseguran que es ilegal y que solo son las autoridades y personal autorizado los que pueden hacer uso de ellas en casos excepcionales, no por el simple hecho de que unos vecinos lo voten en junta y no les gusten los gatos.
«Algunos dicen que no les gusta que suelten pelos en las zonas comunes o que estén por la piscina», añaden. Además, aseguran que tanto el jardinero como la presidente y el administrador de la urbanización han afirmado que estos gatos van a la perrera municipal de Mijas. Sin embargo, no aportan estos datos y desde la propia perrera han negado que hayan llevado gatos de esta urbanización desde hace al menos cinco años. Por lo tanto, ¿a dónde van a parar los gatos que capturan con las jaulas? Nadie lo sabe.

De hecho, hay una vecina que lleva más de diez años viviendo en la urbanización y a la que le han desaparecido nada más y nada menos que seis felinos. Estos vecinos han puesto carteles en sus balcones denunciando esta situación y pidiendo que no se pongan más jaulas trampa y que se respete a estos animales que el único delito que cometen es pasearse por la zona.