
Bartolo Gallego es el jardinero de la Urbanización de Benahavís donde ha tenido lugar este macabro suceso. Él se encontraba en su rutina diaria de trabajo, llegó a su puesto, aparcó su coche y se dirigió hacia la depuradora para realizar sus labores.
Cuando se acercó a dicha zona y miró hacia su lado, pudo ver de reojo algo que se asemejaba a una pelota, como ha contado a Área Costa del Sol, «Yo me creía al principio que era una pelota, vi una cosa blanca y dije hostia, esto es un cráneo, pero esto es un cráneo de juguete, pero cuando me acerqué vi que era de verdad, ya que tenía algunas manchas por la cabeza».
No daba crédito de lo que veían sus ojos, hasta que se acercó más y confirmó que se trataba de los restos óseos de un ser humano. Bartolo, lo primero que hizo fue hacer un par de fotos y mandarlas al administrador de la urbanización, el cual le dijo que llamase a las autoridades que dependiesen del término de Benahavís, por lo que llamó a la Guardia Civil.
«Llamé a la Guardia Civil y se presentó junto a los Médicos Forenses, la Policía Científica y la Secreta. Juntos nos pusimos a buscar y encontramos más huesos«.
Además del cráneo, encontraron huesos de piernas, de la cadera, una bolsa con ropa de mujer, una maleta grande y un fular para el cuello con unas manchas, sospechosas de que se tratase de manchas de sangre, se la llevaron para analizarlas.
Puesto que los huesos los encontraron esparcidos fuera de la maleta, las autoridades buscaban averiguar si los animales de la zona como bien son los jabalíes, eran los responsables de haber sacado de la maleta dichos huesos o si se trataba de la intervención de alguna persona la encargada de haberlos movido de sitio.
«Qué impresión, dímelo a mi, cuando ves todas estas cosas», alegaba Bartolo.
Las autoridades una vez cogieron todos los huesos, los llevaron hacia el garaje donde desplegaron su equipo de análisis para averiguar algunos datos. Se trataba de una mujer de entre unos 25-35 o 40 años y que llevaba fallecida unos 10 o 15 años.
«Entonces ahora ellos querían averiguar, mandar las pruebas a Madrid para identificar el ADN y poder así saber si se trata de alguien que lleva desaparecida desde hace años» concluía Bartolo en su testimonio.
Imágenes del lugar donde se encontraron los restos óseos // Doina Dimitrescu




