
«Han pasado muchas generaciones por estos puestos. Primero venía la madre con su hija y ahora viene la hija con sus niños«, nos explicaba Viviana a Área Costa del Sol, una artesana que lleva 17 años poniendo su puestecito en el Paseo Marítimo de Estepona y que ahora no entiende por qué la jornada se reducirá drásticamente, comenzando más tarde y acudiendo solo 4 días en vez de 7 como cada año.
Son más de 35 años los que llevamos disfrutando de los puestos de verano en el Paseo Marítimo: bolsos, bisutería, algodón dulce, velas, decoración… Un poco de todo que se ha vuelto toda una tradición en la ciudad y que ha logrado que en Estepona no concibamos un verano sin este mercadillo artesanal que ocupa una parte importante de este enclave y que crea un ambiente típico y acogedor del que no se quieren desprender sus comerciantes. Y es que esto no quiere decir que vaya a desaparecer ni mucho menos, al menos por el momento, pero sí tendremos que conformarnos con verlos a partir del mes de julio, cuando antes comenzaban a mediados de junio, y tan solo cuatro días a la semana, de jueves a domingo, cuando siempre han estado de lunes a domingo durante esta época estival primordial para ellos.
«Para nosotros es importante empezar en junio porque en septiembre baja el turismo drásticamente y los niños comienzan el cole, por lo que ya apenas venimos a montar los puestos. Es nuestra mayor fuente de ingresos, vivimos el resto del año gracias a lo que hacemos en verano. Nos perjudica empezar más tarde y encima reduciendo los días a cuatro«, explicaba Viviana, que junto al resto de comerciantes que suman unas 20 personas, está totalmente en contra de las nuevas condiciones que impone el Ayuntamiento, el cual pone de argumento que hay que cambiar y probar cosas nuevas para la ciudadanía: «Nunca ha habido problema para coexistir este mercadillo con otras actividades, no entendemos qué problema hay ahora, si a nosotros nos beneficia que haya otras actividades y a ellos les beneficia que estemos nosotros».
Por qué no están de acuerdo los comerciantes
Un conjunto de unos 30 puestos que llevan más de 35 años ofreciendo este servicio y que ahora han presentado un escrito al Ayuntamiento exponiendo sus argumentos de por qué no están de acuerdo con las nuevas condiciones por parte del área de Comercio, entre las que destacan que la ciudadanía valora este mercadillo como parte de la tradición cultural de la ciudad, especialmente por llevarse a cabo de manera ininterrumpida durante décadas, y porque el conjunto de vendedores ha trabajado para consolidarlo, siendo referente de tres y hasta cuatro generaciones de visitantes.
También alegan que con estos cambios en su duración y frecuencia no cuentan con tiempo suficiente para optar a otros modos de trabajo en el actual contexto de recuperación tras la pandemia y que dependen casi exclusivamente de su completo desarrollo durante todo el verano. «Detrás de cada uno de nosotros existe un grupo familiar del cual somos el sustento principal», exponen en el documento entregado al Ayuntamiento.
Entre otros motivos, también destacan que la reducción de 7 a 4 días supondría una «merma» en sus ingresos que puede representar el 50 por ciento o más, «ya que hay circunstancias añadidas como son los días en los que los temporales de viento no nos permiten trabajar al aire libre y otros días que coinciden con el regreso de las vacaciones (domingos finales de quincena) en que la cantidad de público disminuye sustancialmente, lo que agudizaría la situación económica a la que venimos haciendo referencia». Además, insisten en que si la temporada se inicia el 1 de julio y finaliza el 17 de septiembre como pretende ahora el Ayuntamiento, el trabajo se reduciría potencialmente a 17 días en julio, 17 en agosto y 17 en septiembre, siendo un total de 41 días frente a los 90 que eran antes (del 15 de junio al 15 de septiembre).
«Apelamos que humanamente se comprenda cuánto significa la pérdida de jornadas de trabajo y de ingresos, se examine su gravedad y se entienda el por qué de la insistencia en conservar las condiciones y características del mercadillo de verano», concluyen, rogando que se consideren los argumentos presentados por los comerciantes.