
Hace dos años y medio fue raptado Jamil, un empresario holandés de origen marroquí que a día de hoy sigue sin aparecer. Dos personas han sido detenidas en esta semana en el municipio de Marbella por su supuesta implicación en el secuestro de Jamil. Estas detenciones se producen casi dos años y medio del suceso.
En todo este tiempo la familia de Jamil no ha tenido ninguna información sobre dónde está éñ. Esto les llevó a ofrecer hace poco, una recompensa de 100.000 euros para la persona que diese la información necesaria para poder localizarlo, o saber qué ha pasado con él.
El 22 de agosto de 2020 sobre las 22:00 horas, Jamal y su mujer pasaban unos días disfrutando de Marbella. La pareja volvía de cenar en su coche cuando fueron interceptados por dos vehículos, cortándoles el paso cerca de la intersección entre la avenida del Prado y la calle París. Fue entonces cuando hombres armados y disfrazados de policías, los sacaron del vehículo a la fuerza y se lo llevaron delante de su esposa.
Tras el fatídico acontecimiento, no ha habido ninguna petición de rescate ni un mensaje que pueda dar ningún tipo de dato sobre el secuestro. La policía holandesa vincula a Jamal con el tráfico de drogas de su país, pero su familia rechaza todo tipo de acusación argumentando la ausencia de antecedentes y la carrera profesional del holandés como empresario.
Después del secuestro, la Policía Nacional se apoyó en unas escuchas captadas en unas actuaciones contra el tráfico de drogas, audios grabados el 9 de agosto de 2020. Tres días antes del secuestro, en un coche ocupado por hombres que decían «estar buscando a un marroquí de holanda», sin llegar a decir su nombre, pero que coincidía con Jamal en la descripción.
Esta búsqueda acabó sin éxito, pero las escuchas captadas al día siguiente del secuestro en el mismo vehículo ocupado por el tipo que lideraba el dispositivo de Puerto Banús mantuvieron viva esta vía policial. El coche se encontraba en Nueva Andalucía en sus labores de contravigilancia cuando otro varón se subió al mismo para informar al conductor sobre el secuestro de Jamal.
Este añadió que los autores podrían ser un grupo de franceses que utilizaron dos coches blancos para raptarlo. Pidió ayuda al conductor para localizar a su amigo y este le respondió que estaba conviviendo con unos franceses que eran unos «asesinos» a los que todos temen.
El conductor se esforzó en disimular que no sabía quién era Jamal y le aseguró a su compañero que preguntaría a los franceses sobre el secuestro de su amigo. Tras esto, la Policía Nacional ejecutó la orden de registrar la vivienda de los franceses pero no hallaron nada de interés para las investigaciones.