
Marina Romo tiene 25 años y es fotógrafa profesional, en el año 2017 comenzó sus estudios en la Escuela de Arte Algeciras, pero lleva manejando cámaras desde los 14 años, por afición inculcada por su padre.
«Los Ojos de India» es su último trabajo, una exposición fotográfica disponible hasta el 8 de febrero en la Casa de las Tejerinas en Estepona. Las fotografías están a la venta y los beneficios van destinados a la Fundación Vicente Ferrer.
Marina decidió viajar a la India junto a su pareja, para hacer algo de fotos para una exposición, sin saber qué tipo de instantáneas iba a realizar allí, no sabía qué se iba a encontrar. Estando allí, le llamó mucho la atención los rasgos de las personas y lo dispuestas que están a que sean fotografiadas, por ello decidió enfocar su trabajo en los retratos.
Lo que más le impactó fue ver la pobreza tan normalizada por las calles «Por una parte, me impactó, y por otra, no tanto, la pobreza que hay allí. Es bastante duro ver como la gente se muere por las calles, pero para ellos es algo muy natural, que la gente esté por la calle pasando hambre y demás. Es algo que te choca, que a pesar de lo poco que tienen, son felices con cualquier cosa».
El haber estado allí durante 15 días, viviendo más o menos como ellos y viendo desde dentro la realidad que viven, ayudó a Marina a aprender una lección muy valiosa: «Te enseñan que a veces, nosotros le damos un valor demasiado importante a pequeñas cosas que no lo tienen, ellos aprecian la vida de otra forma, valoran detalles pequeños, con nada son felices», algo que ha reflejado en su obra «Los Ojos de India».
Viajar a países para mostrar el lado humano de los que están allí, es uno de los objetivos que Marina no va a dejar de cumplir, volvería a la India todas las veces necesarias pero también le gustaría plasmar rasgos de otros países, como de la África profunda, por ejemplo.
Para ella, enlazar su amor por la fotografía con el de conocer el mundo y sus culturas, es algo muy especial. Por lo que con su depurada técnica, su estilo realista y su limpieza, Marina seguirá disfrutando de acercarnos al mundo, para ver a través de sus «ojos», la realidad que esconde los rincones de nuestro planeta.




















