
José Eugenio Arias-Camisón, propietario del Asador Guadalmina, difundía hace pocos días las imágenes de un empresario linense dañando uno de los cuadros hechos a mano que decoran el famoso Asador Guadalmina, un establecimiento de Marbella que ha dado que hablar en numerosas ocasiones por su marcada posición contra las ideologías de izquierdas y el actual Gobierno de España. Tanto es así, que en su fachada se han dejado ver carteles de este tipo en numerosas ocasiones:

El pasado fin de semana, un matrimonio de La Línea, que el gerente tachó en su vídeo de «rojo», «escoria», «sinvergüenza», «tipo que odia España» o «progres» en tono despectivo, acudía al asador marbellí para comer y tomar unas copas en el lugar. Fue en el momento de abonar la cuenta cuando ambos empezaron una disputa que acabó con el propietario exigiendo el desalojo del restaurante.
Más tarde, el hombre, como se muestra en las imágenes, utiliza su llave para dañar uno de los cuadros del local, momento en el que fue grabado por las cámaras y difundidas las imágenes para su localización. El dueño de Guadalmina llegó incluso a regalar una cena para dos personas a quien lo localizara aunque no fue necesario. El autor se presentó en el local dispuesto a pagar el arreglo del cuadro, «uno de la Guardia Civil», según contaba el propietario del asador.
Finalmente, tanto el autor del acto como el propietario del local, llegaron a un acuerdo y se «dieron la mano» asegurando ambos que el hecho no pasaría a mayores y dejando por zanjado el tema.
El asador Guadalmina
El Asador Guadalmina vuelve a estar en el punto de mira, una vez más. Una de ellas fue la publicación en redes sociales de un cartel que sembró la polémica. José Eugenio Arias-Camisón, el dueño del local que se ubica en Marbella, es conocido como el «hostelero antirrojos» después de posicionarse en contra de la Ley Antitabaco de Zapatero en 2011 o de aparecer en los medios para asegurar que no encuentra trabajadores y criticar al Gobierno por sus medidas sociales.
Arias-Camisón colgó un cartel en su establecimiento con el objetivo de encontrar camareros para el restaurante, pero lo que recibió fue un aluvión de críticas. En cartel se puede leer: “Llevamos un año buscando camareros, ayudantes de cocina y parrilleros. Pagamos por encima del convenio y no aparece nadie. Sin embargo, tenemos a más de tres millones de parados cobrando el subsidio (10.000 en Marbella y 5.000 en España). 203.000 personas cobrando el ingreso mínimo vital. Y un número indeterminado de inmigrantes ilegales, cobrando una pensión y teniendo asistencia sanitaria. Vergüenza nacional”.