
- Más noticias en: Área Costa del Sol
El pasado viernes el director de la discoteca Bless, Juan López, vivió una situación que no se esperaba y que ahora denuncia a través de las redes sociales. En el transcurso de varias redadas en varios locales, sobre las 02.00 horas, unos 25 operativos de Policía Local, Nacional y Guardia Civil se presentaron en las instalaciones de la discoteca. Según explica Juan en varios vídeos y a través de sus redes, estuvo colaborando en todo momento con ellos a la hora de entregarles toda la documentación del local. «Mientras tanto, sin estar presente, cogieron mi mochila mientras entregaba el papeleo, sacaron un folio en el cual, según él, que lideraba esta operación, encontraron una sustancia cristalina, afirmando que era cristal, exactamente 10 gramos. Yo trabajo también en un restaurante en Puerto Banús y había cogido sal en escamas para en Nochebuena comerme un chuletón que me había traído mi familia«, ha declarado el perjudicado, quien afirma que no le hicieron ningún test de drogas y ni siquiera se esperaba que pudieran confundir la sal con droga: «Pensé que alguien me había metido algo en la mochila».
Según explica el director del local, el trato por parte de los agentes no fue el correcto y las formas tanto con los clientes como con él mismo dejaron mucho que desear. A Juan se lo llevaron esposado por un delito de tráfico de drogas y delito contra la salud pública. «Les pedí en repetidas ocasiones que me ayudaran, que por favor, me enseñaran la sustancia y no quisieron. Estuve 14 horas en el calabozo, me sacaron dos agentes agarrándome muy fuerte de los brazos como si fuera un delincuente delante de mis trabajadores y todos los clientes. No me dieron opción a hablar y no me miraron a la cara», ha añadido.
Tras esas 14 horas en una celda, con una colchoneta y una manta, fue trasladado a los calabozos del Juzgado donde pasó otras dos horas: «Todo esto agilizado gracias a la Policía Nacional porque me dijeron que iba a estar hasta el martes; cuatro días en un calabozo porque un agente decidió que la sal que llevaba en mi mochila junto a mi ropa de deporte para comerme un chuletón en mi casa al día siguiente era MDMA».
Ahora, el director del local queda a la espera de las pruebas de esta sustancia que ha sido llevada a laboratorio y que tardará una o dos semanas. Por su parte, Juan ha querido mandar un mensaje a un agente en concreto, quien él considera que podría haber realizado mejor su trabajo y no le habría perjudicado de la manera que lo hizo, sin realizar ninguna prueba y sin ni siquiera escuchar su versión. «Gracias a la actuación de este policía, al día siguiente no pude inaugurar una terraza en Puerto Banús, el día 24 de diciembre, perdiendo una facturación de unos 4.000 euros, gastos que debería asumir el agente. Como verá, no me hace falta vender ningún tipo de drogas porque seguramente cobre más que usted», ha declarado.
Asimismo, dirigiéndose al agente en cuestión, ha dicho que España no quiere agentes como él, quienes se creen dioses y no escuchan al ciudadano.