
Hoy hemos tenido la gran suerte de conocer a Kimba, una pastor belga Malinois de cuatro años que llegó a la vida de su dueña Carmen con tan solo seis meses con el objetivo de protegerla y defenderla al tratarse de una víctima de violencia de género. Desde la Asociación Pepos Andalucía, se dona y adiestra a estos canes para que estas mujeres puedan contar con ellos para ser protegidas.
Con una psicóloga, coach, trabajadora social y varios adiestradores, la mujer víctima de violencia de género son evaluadas para ver si están preparadas para tener este tipo de perro y, tras pasar una serie de filtros, el adiestrador conoce el entorno y a la familia con la que va a convivir el perro. «Es un arma y mi vida depende de ella. Lo único que piden es que no regresemos con nuestro agresor», nos contaba a Área, Carmen, que desde que Kimba apareció en su vida no va a ninguna parte sin ella. El animal es entregado con su correa, collar, arnés y su bozal de impacto, y hay un periodo de adaptación hasta que se crea ese binomio entre ambas partes y comienzan los adiestramientos de obediencia.
«Ella no muerde, está enseñada para impactar. Yo activo el arnés, indicándole de que hay un peligro, con la mano marco una distancia y si el agresor se va a meter en mi distancia, la perra actúa impactando de cintura para arriba y luego vuelve«, nos explicaba la dueña de Kimba.

Ahora Kimba, al igual que el resto de perros protectores, podrán subir al transporte público como lo llevan haciendo desde hace muchos años los perros guía. Una iniciativa dentro de la campaña ‘Parar las violencias machistas’ que llevan a cabo el Ayuntamiento de Marbella y el Grupo Avanza y que facilita a estas mujeres el sentirse seguras también a la hora de viajar en autobús. «Es muy importante poder subirnos al bus porque muchas veces no podemos irnos en el coche a muchos sitios y es un gran paso para nosotras. Es otra manera de ser una ciudadana más. Me siento protegida y segura con ella», añadía Carmen.