
Se está llevando a cabo la limpieza de la red de saneamiento de la calle Real, situada en pleno casco antiguo de Estepona. Los trabajos, que están siendo ejecutados por Hidralia, la empresa que gestiona el ciclo integral del agua en la ciudad, comenzaron hace unos días para adecentar las redes tanto de pluviales como de fecales. Para ello, se están empleado dos camiones hidrolimpiadores de gran potencia que actuarán desde distintos frentes, así como personal especializado en este tipo de tareas.
En total, se desatascarán cerca de un kilómetro y medio de tuberías; es decir, 730 metros de cada una de las redes, así como todas las rejillas e imbornales de la calle para evitar el riesgo inundaciones en caso de que se produjesen lluvias durante este otoño.
Los imbornales son los elementos urbanos que recogen el agua de la lluvia y la derivan a la red de alcantarillado, viendo limitada su capacidad de drenaje cuando se colmatan de residuos. Con esta actuación se refuerzan los trabajos preventivos de limpieza que realizan dos equipos de forma ordinaria a lo largo del año en el municipio para garantizar la máxima capacidad hidráulica en época de fuertes precipitaciones.
Este año, la concesionaria del servicio ha incorporado un equipo de inspección con pértiga, que permite aumentar la eficiencia de estos trabajos.
El funcionamiento de este nuevo equipamiento, a pesar de ser tecnológicamente puntero, es bastante sencillo: la pértiga, que cuenta con una cámara en uno de sus extremos, se introduce en los pozos para observar el estado operativo de ese sector de la red y así priorizar las zonas que necesitan una limpieza de forma más urgente. De esta manera, aumenta la eficiencia del proceso al reducir tanto los tiempos de trabajos como el gasto de energía y de agua.
Ya se han limpiado más de 16.000 imbornales y rejillas en el casco urbano y el extrarradio durante este año. Unos trabajos que, aunque se desarrollan de manera continua en todas las estaciones, se han intensificado en los últimos meses para preparar a la ciudad frente a las lluvias otoñales, priorizando zonas críticas como el entorno de los centros educativos.