
Se inundan los garajes y los fosos, las lozas del suelo se levantan y los váteres y los techos se rompen. Así llevan viviendo esta situación dos años los vecinos de la urbanización de lujo de Estepona ‘The Edge’, lo que les ha llevado a reclamarles alrededor de 10 millones de euros a la promotora, Khronos, la cual no solo no está poniendo remedio si no que emplea soluciones tal y como los vecinos califican de «chapuceras». El administrador de esta comunidad, Alejandro Gómez, nos ha atendido a Área Costa del Sol en esta urbanización donde nos ha mostrado los daños y desperfectos de obra con los que conviven los propietarios día a día, después de haber pagado más de un millón de euros por estos apartamentos, algunos incluso de tres millones. «Tuvimos una junta ordinaria donde se aprobó por parte de todos los vecinos reclamarla a la promotora, y después de todo este ruido mediático hemos conseguido una reunión con ellos para llegar a un entendimiento la próxima semana, porque como veis las calidades dejan mucho que desear», nos contaba.

El administrador nos enseñaba ante cámara la memoria de calidades que vende Khronos de estos apartamentos, donde las fotografías y los materiales supuestamente empleados no se corresponden con la realidad. «Pone revestimiento interior de mármol cuando es madera barata. Las terrazas se suponía que el suelo sería de tarima natural, que cuesta 300 euros el metro cuadrado y han puesto uno que vale 25 euros. La diferencia es abismal», señalaba.
Inicialmente, la promotora anunciaba que un arquitecto reconocido a nivel nacional sería el encargado de diseñar estos apartamentos de lujo, sin embargo, luego lo cambiaron y Khronos puso a uno de su equipo, cambiando así las calidades: «Se ha vendido una cosa y se han encontrado otra».
«El Spa, que lo vendieron como la joya de la corona, se encuentra con una piscina con la base agrietada, con las instalaciones sin estar bien terminados, con un techo que se ha caído, y sin medidas de seguridad contra incendios ni salidas de emergencia», comentaba el administrador, un lugar además cuyo mantenimiento es bastante caro.

Un chiringuito sin esperarlo
Los vecinos, cuando compraron el apartamento, muchos de ellos lo hicieron sobre plano sin estar proyectado este chiringuito. Al construirlo el año pasado, muchos de estos propietarios no dan crédito puesto que no contaban con esta infraestructura justo en la puerta de sus casas, escuchando la música a diario en sus salones y tapando sus vistas al mar. «Hay incluso una pareja que ha denunciado porque se les vendió como un club familiar para los vecinos y se han encontrado un chiringuito de fiestas justo en frente de su ventana», señaló.
Gómez aseguró que lo que piden es que se termine conforme las características y calidades que se habían diseñado y vendido al principio y que todo el proceso para arreglar estos daños se haga en conjunto con sus técnicos, para que la solución adaptada sea «la idónea»: «Algunas soluciones que han adoptado ellos mismos son una chapuza».