
Unos 50 puestos de trabajo directos y casi 100 indirectos serían los que se llevaría por delante la empresa propietaria HIG Capital si llegara a cerrar el complejo hotelero de Valle Romano Golf, en Estepona, tras más de cinco años dando servicio en la localidad. Así nos lo ha explicado hoy el representante de estos empleados, Juan Carlos Asenjo, que, desesperado y tras más de 6 meses de lucha, nos ha atendido en estas instalaciones, las cuales se pretende que se conviertan en un complejo residencial para así rentabilizarlo y lograr un valor mayor de dichos apartamentos que en estos momentos son turísticos. «Somos 50 familias de una forma directa y unas 100 indirectas que nos vamos a la calle si finalmente pasa a ser residencial. Quieren hacerlo así porque costaría el doble o el triple y así pueden quedarse con la gestión para venderlos o alquilarlos», nos comentaba Asenjo.
Actualmente, es ONA Hotels el que lo gestiona, y lleva haciéndolo algo más de 5 años. La intención, tal y como se presenta en el contrato, era comprarlo, puesto que esta opción está planteada en dicho contrato por la propia empresa propietaria. «Como han subido los precios, ya no quieren darnos esa opción. Pero está en el contrato firmado por ambas partes», añadió.
Según comentan los trabajadores, el «fondo buitre» les está acosando y desarrollando ciertas acciones de manera que puedan rescindir el contrato y echarlos cuanto antes. «No saben qué excusas poner. No limpian las piscinas y nos roban las depuradoras, porque ellos tienen aún control de las zonas comunes. Es una manera de que perdamos puntuación y categoría como complejo turístico y podamos ser sancionados y perder así el derecho a continuar aquí», nos comentaba Asenjo, quien nos mostraba también fotografías de cómo dejaron la piscina en pleno mes de julio, con candados para que no pudieran acceder a las depuradoras, las cuales también se llevaban.
Desde hace seis meses, los trabajadores van desde Estepona a Madrid todas las semanas para manifestarse en frente de las puertas de esta empresa con la idea de poder reunirse con ellos y pedirles por favor que no les arrebaten su vida. Sin embargo, ni reciben respuesta ni se reúnen con ellos. «Queremos que dejen de pedir el cierre cautelar por incumplimiento de contrato porque el hotel no contamina, los empleados y clientes están bien y pagamos todo. No hay motivos para ello», aseguró.
Un complejo que ahora vale muchísimo más que en el año 2017 cuando se adquirió por parte de este fondo, teniendo en cuenta también que estos trabajadores han logrado revalorizar aún más si cabe estas instalaciones por su buena gestión y funcionamiento a lo largo de estos años, contando con una larga lista de clientes y con un aforo completo en los meses de verano: «Lo hemos hecho rentable a base de pico y pala. Ellos han visto que la gestión es buena y ahora quieren sacarle rentabilidad como sea, ganando más dinero pasándolo a ser residencial».
Un futuro incierto que cada vez pesa más en su día a día y que los tiene en alerta constantemente, sin saber qué ocurrirá cuando se levanten por la mañana: «Yo cuando veo la cara de mi hija pensando que he cobrado es lo más bonito del mundo, pero cuando la miro y no sé si voy a poder llevar un sueldo a mi casa es muy duro«.