
Comienza el verano en la Costa del Sol y con él la llegada de turistas, lo que se traduce en un aumento del número de puestos de trabajo para camareros y otros empleos dedicados al sector hostelero. Y aunque resulte opuesto a lo habitual en esta temporada del año, aún quedan hasta 1000 vacantes por cubrir en la Costa del Sol; encontrar camareros en la región está suponiendo una tarea difícil para los empresarios. En una región que vive del turismo y la hostelería, esta situación supone un problema acuciante.
La costa del sol está registrando niveles de ocupación hotelera muy favorables desde mayo, rozado las cifras que se registraban antes de la pandemia. La Asociación de Hoteleros de la Costa del Sol (AEHCOS) indica que hay un nivel de reservas del 79% para el mes de julio, y de un 77% para el mes de agosto. A pesar de estos datos muy propicios AEHCOS nos ha señalado que las cifras no les cuadran.
“Tenemos un problema con respecto a la falta de personal. A nosotros no nos cuadran las cifras del desempleo con el desempleo juvenil y la necesidad de cubrir vacantes en sector hotelero. Tenemos entre 800 y 1000 vacantes ahora mismo para cubrir en toda la provincia y hay entre un 16 y 18% de paro en la provincia de Málaga”, afirma Javier Hernández, vicepresidente ejecutivo de la AEHCOS.
“El sueldo no es un problema para el sector hostelero de la provincia de Málaga puesto que es el convenio que tiene mejor retribución para los trabajadores en España. Un camarero o un ayudante de camarero cobra por encima de los 1400 euros mensuales”, nos comenta Javier Hernández. Un aspecto con el que coincide Óscar Rulli, propietario del chiringuito El Madero de Estepona: “nuestro problema no es el salario, solemos pagar más que la media”.
Ambos descartan el salario como principal factor responsable para esta notable falta de camareros. Apuntan al aumento del costo de la gasolina, la proliferación de viviendas turísticas, así como el impacto de la pandemia como algunas de las causas tangibles.
El encarecido precio de la gasolina se alza como uno de los factores más recientes. «El precio de la gasolina hace que mucha gente que tenía distancias respecto de su trabajo se replantee su costo. Por ejemplo tengo un empleado que vive en San Pedro y su gasolina semanal era de 20 euros, ahora está en 40. Se replantea su posibilidad de financiamiento, algo que estamos tratando de reconocer», afirma Óscar Rulli.
Este problema se suma al del alquiler de viviendas, siendo esta una de las alternativas para aquellos trabajadores que quieran evitar el desplazamiento. «Ha habido un trasvase de viviendas de alquiler de larga temporada a viviendas con fines turísticos«, nos explica Javier Hernández, algo que se suma al encarecido precio de estas viviendas e impacta directamente en el balance de sueldos de los empleados.
Óscar Rulli apunta además a la proliferación de comercios y hoteles, sobre todo en el municipio de Estepona. «Estepona es un lugar que está muy demanda por turismo, está creciendo a un ritmo espectacular y la gente es consciente. Ahora hay una demanda superior, han abierto una cantidad de hoteles importantes y hay más oferta gastronómica». También debemos tener en cuenta que Estepona es el segundo municipio con menor tasa de paro en toda Andalucía, por lo que encontrar desempleados para trabajar en el sector se vuelve una tarea más complicada. De hecho, algunos establecimientos han cerrado porque no pueden completar su plantilla.
Finalmente, el impacto de la pandemia hizo mella en la cualificación de los camareros. Las escuelas no pudieron ofrecer a sus estudiantes una formación práctica y eso retrasó todo el proceso. Por otro lado, la mayoría de camareros con antigüedad son altamente valorados y ya se encuentran empleados. Además, Óscar comenta que la cantidad de universitarios buscando trabajo en el sector hostelero durante el verano es menor. En general, tras la aparición de la COVID-19, se busca una mayor permanencia y estabilidad, así como lo indica Óscar Rulli, «la gente se dio cuenta que no era solo vivir para trabajar sino trabajar para vivir».